sábado, 30 de agosto de 2014

EL BUENO DE HAENSELER. 1ª parte.


En ocasiones se ha tratado de la amistad y especial relación entre Mariano Lagasca Clemente que  va más allá de la colaboración científica, para convertirse en toda una complicidad vital que en ocasiones se extendía a terceras personas, círculos más amplios, cimentados con proyectos e intereses comunes y también en sólidos lazos científicos, afectivos y fraternales que abren nuevos canales de relación y comunicación.

Antonio Cabrera y Corro  (1763-1827) naturalista y canónigo magistral de la catedral gaditana compañero y buen amigo de Simón de Roxas, centro de uno de sus circulos andaluces.  

Si en los años del primer ciclo  de la etapa andaluza (1803-1808) Clemente traba amistad con Francisco de Therán, Mª Josefa La Piedra, Antonio Cabrera, Felipe Bauzá, Francisco Amorós, etc. en un circulo de ilustrados y naturalistas. En los años más opacos del segundo ciclo andaluz (1808-1812) el personaje a destacar es  Félix Hänseler Jeger (1780-1841).
A él se refiere el magistral de la catedral gaditana A. Cabrera en carta a Mariano Lagasca (1 ,XII, 1813) “ En Malaga en la botica que llaman de la Espartería, cuyo dueño es un tal Santaella, se halla de Oficial un Suizo que habiendo venido a servir en el ejército, le dejó al principio de esta rebuxina* y se puso a Boticario, porque en su país había tenido algunos principios de esto. Se llama D. Félix Henzeler. Cuando estuvieron en aquella Ciudad Zea de Prefecto y Clemente de socio (sic) o secretario suyo trabaron con  él amistad. No hay duda que es aficionadísimo a la Botánica. Ellos me le hicieron conocer o, por decir mejor, fueron ocasión de que lo conociese . . . “
*Rebiuxina_rebujina, alboroto, jaleo. Se refiere al acierto de Haenseler en dejar la vida militar en vísperas del conflicto napoleónico en España. 
"Según me avisa el buen Haenseler mi justificación se hará en Malaga perfectamente pero se necesita para ello algo de tiempo. No se ha pedido allí ningun informe sobre mí. Mi vida fue alli tan retirada que, segun dice Haenseler y yo mismo sabia ya, nadie me conoce allí ni mi nombre por mal y pocos me conocen por bien."
El resto de la trascripción de esta interesante carta  en el enlace del anterior post (Martín Polo 2012) pág. 270.
 
Posteriormente finalizando un brevísimo tercer ciclo andaluz (agosto 1814) Clemente escribe a Lagasca, aún desde Jeréz de la Frontera, donde ya es evidente el fracaso de la Comisión para elaborar el Mapa Topográfico y Estadístico de la provincia de Cádiz.


En esta comunicación pone a Lagasca al tanto de significativos detalles de su especial relación con Haenseler y de su complicidad en un tema tan delicado como el de la necesaria purificación. (enterrando su principal colaboración con el gobierno intruso: ser secretario de Zea, prefecto de la ciudad en el periodo de José Bonaparte).
Pero esta amistad va a tener continuidad y abundantes intercambios en áreas de interés comunes: algas, líquenes, vegetación, minerales, fauna. . . denominaciones vulgares locales incluidas. Clemente y Haenseler no son sólamente regulares colectores, entre los dos juntos o separados, pero siempre en comunicación de sus actividades, trazan los rudimentos de las correlaciones de los factores abióticos y la biodiversidad de los ecosistemas y en consecuencia, su prospectiva se extiende a la recogida de las primeras mediciones de temperaturas del agua, datos de temperaturas máximas y mínimas estacionales, análisis químicos de suelos y agua, etc. Lo que convierte a Simón de Roxas y al boticario bávaro, en origen de una especie de escuela andaluza de pioneros ambientalistas, que perdura a lo largo del XIX y que pronto trascenderá nuestras fronteras con la atención de los máximos especialistas botánicos europeos.
Como se vió en anteriores posts con la epónima clementeana, tan elocuentes como las notas biográficas de Haenseler** son en ocasiones  las especies dedicadas por otros autores, algo que perdura de su memoria y que le hace los honores de la Botánica  a este soldado de fortuna, que se afincó en Málaga y alternativamente dedicó su atención al vino y al agua, en el mar o entre sus plantas de las serranías andaluzas.
**Véase su excelente síntesis biográfica en:
  http://www.biolveg.uma.es/abm/Volumenes/vol37/37_Perez-Rubin.pdf